espejo de flor que se libera y reflecta en los recónditos parajes de la memoria,
abstracta,
cómoda de sí,
sencillez que no trasciende,
no lo necesita,
no retoña en las macetas de la imposición,
del campo, es su atrevido nacimiento,
crece porque su instinto tiene una liviandad de aire,
de fuerza matinal y nocturna,
de todas las revoluciones,
ácida por el sol que se asoma y la molesta,
se esconde,
quiere huir,
huye de sí y desde la tierra que la amarra…
libre es la osadía que pretende respirar,
libre será!