miércoles, mayo 26, 2010

Picadura

 

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(Fotos de Luissiana Naranjo)

 



Se mueve la luz en -capoeira-

y sigue el desmayo o mi perversión .



Dejo de ser en el polen o en el semen que destila…!


Huyo de la ideología con la que me tocan

y huyen de la picadura con la que desean.



Bastará con seguir el vuelo,

desapegarme de la corola,

chupar los humedales…



todo bastará

en el vacío!

jueves, mayo 20, 2010

hollejo

me voy lejos de la ciudad,

de todo lo lejos que habita ese disturbio de imaginarlo conmigo.

 

me dejo aquí  para habitarme en otra,

 

ya nadie me aguarda!

 

me voy de aquí para deshabitar la que soy,

artefacto que late a la intemperie,

hollejo y melodrama.

 

huiré de Dios en los bosques,

de mi madre,

de mi hermano,

del amor tan digestivo que todo lo deshecha.

 

nada por ahora más que ser,

libre de actualidad,

del tacto que asesina la niña ingenua que todavía me crece

y quiero que viva        para imaginar.

 

solo faltará llevarme el azoro de siempre,

la rima que no rima con mis jeans,

las mordeduras imaginarias en mi pezón,

y ese estribillo donde deporto      lo imposible.

 

seré terca en la altura de las nubes,

quizás luminosa en otra piel.

 

seré la ciudad que quiero inventarme,

las frondas de mi jardín.

 

oleré el hinojo,

haré pastel de ruibarbo,

sembraré lechugas orgánicas,

y bailaré con los niños       hasta cansarme.

 

ya no está lejos,

ese lejos      que se quedaba conmigo.

 

 

 

.

jueves, mayo 13, 2010

Despecho

para los despechados...

 

Anfiteatro de hombre, domador de circo...

pregonas la soberbia de animal dominante,

mujeriego que busca pubis de naranjal

y senos de floración,

débil pedazo de mutante,

iluso de esposas con gusto de arrabal,

agita su jerga de amante,

toma su mano y se masturba,

no eyacula estrellas

sino mira en su espejo la banalidad,

Baco impotente,

dios de otro mundo,

atrofiante y abstraído que no conoce el amor,

macho ingenuo,

chiste absurdo,

perro que come crías,

morirás solo con tu exhalación.

 

 

Del Libro RESABIOS

2007

martes, mayo 11, 2010

Vida técnica o mierda?

 

 

Maldita forma de decir que la poesía tiene un sentido técnico, si limpio las cacas del conejo con la rutina técnica de usar el papel periódico con la noticia estelar de un hombre que muere en un baldío al estallarle en su estómago una cápsula de heroína. Y muere en el sentido técnico de ser un burro más que muere sin zapatos y sin patria. Como los zapatos que encontré un día en la acera de una casa esperando que alguien descalzo técnicamente los ocupe. Porque hay casas como patrias y zapatos sin huéspedes.

Maldita forma de encontrarle una mentira técnica al dolor que no se inventa cuando la piel me dice resiste porque duele. O a la mente cuando encuentra un aposento de miedo a perder la cordura porque también hay casas como patrias donde se resguarda la demencia. Y duele el sentido técnico de ser un enfermo que vive entre pastillas de conteo diario como cacas de conejo.

Maldita forma de inventarse un mundo mejor del que vivimos, sí la mierda existe técnicamente. Mierda es la palabra favorita de mi tía Ligia que además de ser mi madrina, por más de cuarenta años me dio un regalo en mis navidades, sin importar que técnicamente tuviera otra creencia, otros dioses inventados igual de estúpidos que castigan las ingenuidades. Mi patria que es su casa está llena de rezos, de pan casero y de la mejor cajeta de leche con piña... Tiene todo de verde como boñiga: los mantelitos, las cortinas, las velas y sus collares; pero ante todo dice con gusto: -mierda.

No es extraño que hoy, mi conejo siga con las cacas en su encierro porque maldita forma sea lo maldito de esta mierda   - que es la vida-que es la técnica-     de saber que técnicamente mi tía Ligia es la siguiente, la mierda más bella que está muriendo de cáncer.

miércoles, mayo 05, 2010

Tapiz ruso

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Tengo en la cocina

un tapiz ruso con flores y venados en el bosque,

a los lejos,

sobresale una casita

empotrada en esa lejana mentira que llaman –felicidad-,

allí,

la que soy,

encierra sus noches cuando no duerme,

corre en los potreros diciéndole al aire que ya nadie la persiga,

se esconde detrás del pinar hasta que huya esa manía

por sospechar de todas las cosas.

 

La que mira sigue despierta.

Toma el café con ese disimulo de que no debe repetir.

 

Todo le parece abandonado,

el cuerpo que perdió el juicio en la desnudez,

los libros que no tienen ausencia en la mesa,

las flores a las que no encuentra un jarrón donde ponerlas

porque le gusta, maldita sea,

–esas- que digan algo más

que un tapiz con venados en el bosque

y lleno de lirios muertos.

 

Me dice que abra la puerta

porque en su noche

la verdad siempre es una llovizna,

asesinos y pederastas,

marejadas de aceites en el mar,

minas que asustan lapas y su árboles.

 

Ella, la que dice ser,

no sabe si mirar el tapiz

o detrás de la ventana.

 

Se desune de lo que puede escribir,

si de vírgenes que ya no son y lloran su himen,

si de madres que son solo madres de sus hombres,

o de sí misma, frívola y profana de exactitud.

 

Ya es hora de salir de la casita,

los venados seguirán en reposo para siempre,

los zapatos los deja allí, donde no deben estar,

el cuerpo lo deja allí, donde sí debe estar,

y hace un doblez perfecto

para guardar el tapiz.