viernes, abril 13, 2012

Sushi






Espero con el sushi a un lado. Las algas son algo de las cuales se debe comentar. Marina como soy, se sospecha algo. Es como si el verde tuviese un viaje dentro de mí y me hiciera sentir rodeos de caracolitos. Se suelta la hoja como danza y el arroz interpela mis dedos corrugados. Todo se estrecha, el mundo igual        conmigo.

Hay vertientes de ideas. Aguacate y mango porque del trópico huyen los aromas. El wasabi en la esquina de la trinchera y la soya me intimida por el resto del sorbo que naufraga despacito. Es una conspiración del mar y tanto reflejo del mismo. Pensar por allí. Ausentarse del deseo. Habitar el presagio de los milenios y su historia. Todo se vuelve enteramente delicioso, me dejo ir con la marea.

Si tan solo el mundo fuera una complacencia. Pero no lo es, el deber es convertirlo en eso.