martes, abril 28, 2009

Teorema existencial entre el hombre y la mujer

http://www.jalame.com.ar/2008/05/29/lo-que-le-interesa-a-una-mujer-de-un-hombre-y-viceversa/

Siglo XXI y aún los entendimientos sobre el género nos siguen separando, disipando, desligando de lo que cado uno representa ante la sociedad y entre su mutualidad o convivencia bilateral.

Yo misma me confundo a veces. Debo ser producto de una generación renacentista que según se cree se acerca cada vez más a comprender la unidad existencial del hombre y la mujer como un ser y no como un dispar o el otro sexo. Jamás podría verlo como mi igual porque existen referencias fisiológicas que marcan su patrón de conducta pero sí como mi igual en condición de derecho y culpa.

Hemos avanzado en la ciencia, tecnología y en el desarrollo del pensamiento intelectual y seguimos confiando en nosotros mismos y en que la evolución de todas ellas, nos acercará a la cúspide del saber.

Pero siento propio relacionar lo que los griegos denotaban a esa excesiva confianza con el nombre de "hubris", que precede a demostrar como esa exacerbación de la confianza tiene una caída más dura que la propiciada por el mero orgullo de simplemente creerlo.

Poco se avanza sobre el tema de igualdad o diferencia de género. Se pone en sobremesa por ciertos gremios o academias pero los cambios no son radicales en la sociedad. Yo empecé a dejar de creérmelo. He perdido mi "hubris" al respecto.

Cuando se supone que ya vivimos en esta contemporaneidad de ideas y que ya vamos a llegar al fondo del asunto con racionalidad e incluso afectividad, se arrojan más las diferencias, no sé si este teorema aplica al de la indecibilidad de Gödel que demuestra que hay enunciados que nunca seremos capaces de rebatir o aclarar como las preguntas matemáticas incontestables.

Pero los vacíos del conocimiento a los que más temo son los que se desarrollan en el perímetro biológico, psicológico y social del género. Deberá ser una unidad de revelaciones filosóficas que abarquen todos los ámbitos y circuitos de nuestra existencia. Ese sentido de vivir comunitario pleno entre humanos o seres vivos y no entre hombres y mujeres y la separatividad de otras especies como lo vegetal y animal.

Somos un canto al unísono de exhalaciones, de vibraciones, de latidos, de fotosíntesis y piel. Todo eso con lo sublime que nos da el arte, la cultura y las relaciones afectivas, muy propias, muy únicas… y que dan al ser humano un poder sobre-existencial, creativo e inescrutable.

Creo que somos un único tejido herbal, arenoso, oxigenante… una conexión entre unos y otros; todos con una función propia, inalienable que hace que nuestra objetividad tenga un sentido más sublime y real.

Lo que confronto con fiereza y se confunde con feminismo, es mi derecho de selección, de caciquismo, de apreciación, de opinión, de exclusividad, de ser “yo” antes que mujer y el otro, un “ser” al que opuestamente llamamos hombre. Ese letargo de oposiciones radicales que se vuelven “guerras infértiles” entre ambas partes.

No es posible confrontar -que es lo más sano- porque se confunde con resentimiento de opuestos, con revanchas o insolencias de órganos sexuales… no tenemos esa capacidad aún de delinquir, de impugnar, de racionalizar las ideas y a la vez, de interiorizar las conclusiones. Sigue cayendo mi hubris.

Otra versión predominante es la postura ideológica del género como una filosofía analítica, se deshilacha su concepto por todos los ángulos y perímetros como si se tratara de un asunto de estructura o simple lenguaje, las y los, unas y unos... todo se vuelve lógico pero excluyente de la implicación emocional, de lo que en realidad siente el otro y es el otro.

Luego, se siente otro giro con el género desde lo lineal de la ética (porcentajes de lo femenino en círculos de poder, de liderazgo, de política en comparación al masculino). Se pone en la palestra discusiones argumentistas para reformar leyes o enmendarlas a beneficio del género pero lejos de ser una ética aplicada a la realidad, como el de la mujer en convivencia no solo con el hombre y en su trabajo, en la familia, en su vida social y en su vida del ser sino con su universo, con el aire, con el agua, con toda magnitud de la vida. Creo que debemos llevar una vida examinada al respecto, cada uno ante el plancton de nuestra cotidianidad como si fuera una práctica filosófica.

Lo propongo y me lo propongo. Debe ser un asunto personal para que se genere a lo colectivo, desde mí, para mí, y dentro de mí… lo demás vendrá por añadidura.

Mientras, defenderé con olfato de loba, esas viejas escamas de lo que aparentamos ser las mujeres para otros (estigmas del cuerpo, cánones de belleza, masas descerebradas, o modelos del pudor) y digo a otros, aseverando no solo a los machos masculinos sino a las mismas mujeres que evitan la dialéctica por conformismo o para no ser tachadas de radicales, feministas, frustradas o hasta de lesbianas…. mamparas que impone el miedo y la debilidad de carácter.

Es denigrante e irrespetuoso escuchar aún en este siglo, a personas "inteligentes"  opinando que si las mujeres visten de cierta forma denota deseos de insinuación, de provocación, de ansiedad sexual... a mí me tocan la sien herida y la poesía se me va por la alcantarilla, -valga la rima intencional-.

No hay relación alguna entre amparar y defender un lugar en el infinito con el ser apuñaladas de que esa defensa es por odio a nuestro género, según opiniones, al género “opositor”.

No se confundan. Muchas mujeres tenemos claro nuestro papel en el punto universal de la existencia y amamos profundamente a nuestros dis que “opositores”; amamos con dilección a nuestros padres, hermanos, primos, tíos, amigos, vecinos, desconocidos, amantes, novios, … todo ese juego de palabras masculinas que nos hacen soñar, amar, perdonar y desear.

Y es por ese amor que tratamos de descubrir cuál es el mejor camino unilateral para la comprensión mutua aunque el paso que siga para reafirmarlo, sea con necesaria, positiva o negativa confrontación.

http://www.youtube.com/watch?v=OqIRI5RD7os&feature=related

sábado, abril 25, 2009

Despecho

De mi libro "Resabios", 2008

 

http://inferno.zoomblog.com/archivo/2008/06/13/payaso.html

 

Anfiteatro de hombre,

domador de circo…

pregonas la soberbia de animal dominante,

mujeriego que busca pubis de naranjal

y senos de floración,

débil pedazo de mutante,

iluso de esposas con gusto de arrabal,

agita su jerga de amante,

toma su mano y se masturba,

no eyacula estrellas sino mira en su espejo la vanalidad,

Baco impotente,

Dios de otro mundo,

atrofiante y abstraído que no conoce el amor,

macho ingenuo,

chiste absurdo,

perro que come crías,

morirás solo con tu exhalación.

 

Estúpido:

http://www.youtube.com/watch?v=dsfFqfJ3c6E

 

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Dedicado a un cazador de patos y eso que te quería a bien...

viernes, abril 24, 2009

boleros en tu voz

 

  http://l2ash.blogdiario.com/

 

Tu voz y la lluvia son arritmias de mi pulso y su deseo.

 

Bolero de la noche cuando la luna no aparece.

 

Asiduidad que me deja un celular apagado.

 

Tu risa desde el otro lado y sus torrentes.

 

Es la mística y la primera impresión del aire

donde se demuele el silencio.

 

Acorde de timbales que suena en la piel,

rastro que persigo pero huyendo de mí,

el bosque que talas como si fuera el último árbol.

 

Tu voz...

campana imaginaria de todos mis orgasmos.

 

Clip para oír....tu voz, tus palabras me salvan...

 

http://www.gifmania.com/ninos/hablando_por_telefono/

miércoles, abril 22, 2009

cercanía

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redimo esa bala y su impacto de inciertos

quedó en el vació un martes de abril

 

regresa para no alejarte,

¡SÍ… vos y el regreso!

 

sueña para volver

¡SÍ…vos y el sueño !

 

somos extraños, lo sé,

ambos piratas con su rumbo de tesoros y botines

solitarios de lo que no somos

 

tu signo confuso,

tus juegos de mafia y su rutina insolente,

ese imperativo que me amansa y subyuga

 

me desconoces,

ni sé realmente quién eres,

ambos personajes de una obra encubierta

 

ojos que el mar esconde entre corales y sus naufragios

 

lejos o pronto… tu piel

 

Video La canción del pirata

Clip ....arriesguémonos

lunes, abril 20, 2009

todo con el mar

HPIM1919

 

brisa

impalpable

y sal

memoria

descalza

y luna

trópico

rojizo

y palma

todo con el mar

menos tu olvido

HPIM1925

domingo, abril 19, 2009

Parodia de un poeta sin musa

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¡Urgente!

Se necesita muso…

 

que sea pequeñito de egos

sin remilgos combatientes cuando me decida a amarle

 

que su única ofensiva sea

enfrentar mis arrumacos

 

solitario pero con mi luna

subversivo a la par de mis rabietas

invisible cuando yo misma –a veces- no exista

 

enramada que abrace sin juicio

lluvioso cuando me dé calor

raíz para mis volátiles culpas

 

infusión de canela en mis existencialismos

tequila de mi antojo y su sed

whisky del desenfreno

 

que no sea barato de lengua

reloj sin minutero para sentir conmigo el azul

 

que sepa silbarme cuando me equivoco

y perdonarme como luciérnaga en la misma noche

 

que sea la suma de mi dos

y yo, el más de su uno

 

puerta que toque cuando quiera

y siempre me abra

 

que renuncie si no le cumplo sus deseos

 

que cuide su trabajo

porque no en cada esquina

se encuentra un  poeta

 

¡necesito muso…

que quiera ser

telaraña, nube, pirata de mis poemas!

 

Muso muerto:

http://www.youtube.com/watch?v=8RAl0YPKFpc

 

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viernes, abril 17, 2009

Creo y no creo en el socialismo

 

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Aún escucho el relinche de mi paso cuando me veo años atrás, pisando con botas de cuero maduro el muelle de San Miguelito. Los trozos de madera eran tan demolidos como mis sueños por la humedad salina del lago de Nicaragua.

Hoy me siento en mi mesita de jardín como si estuviera allí mismo, en el lago asesinado, y miro sin dejar de ver… se me va la mirada de tanto que percibí, se me cae la desazón del ojo y sus rabietas.

Mi lengua hablaba de Dios y los enramares de la fe. Fui a someter ignorancias, siendo la mía, la más doblegada.

Yo, una sierva de los captores de la ingenuidad. Tutelada por ese látigo del fanatismo que era tan semejante al quijotismo político que existía.

Cuando cayó el muro de Berlín, me jacté de ser protagonista de ese momento histórico. Estaba en los pasillos de la Universidad peleando mi candidatura por ser presidenta de la misma y lo fui. Con la pasión de siempre auguraba terminar mi carrera de Periodismo pues soñaba con ser corresponsal en Chechenia o Turquía o donde la acción del momento incurriera.

Pero mi otra yo, humanista y crédula, secundaba la idea de suavizar las torturas sociales y mi única forma de hacerlo, era con mi concepto de evangelizar.

Como la libertad religiosa se abría paso en diversos países donde fue atrincherada, aposté por dejar la universidad, y me aventuré a servir como misionera en Nicaragua. Fueron tres años que no sé si deje de ser y por eso, aún no soy…

Primero, estuve en Managua, en la barriada de la Centroamérica pues cerca de allí, surgían asentamientos como el “21 de Enero” y otros, totalmente sumidos en la pobreza, es más, puedo darles el imperio de “miseria”.

Aunque solo debía predicar palabras, me atragantaba mi respiración y siempre llevaba a mano, una caja de leche o una cuajada para compartir, ¡cómo hablarles de Dios teniendo hambre!

Respiré la basura de los rescoldos o idearios de un partido, del desenfreno de las piñatas y de los poderosos… aún se criticaba a la democracia y su recién libertad. Escuchaba decir: -Antes por lo menos teníamos azúcar y un jabón al mes… ahora ni eso. ¡Qué trivial volver a aprender a vivir en democracia!

En fin, eso me confirmaba más la necesidad de ayudar con los cambios internos y desarraigos del corazón que con una bandera política. Idealismos ??

Discutí en la palestra de muchas viviendas de piso de tierra y latas de deshechos, los grandes principios fundamentalistas del comunismo. Su relación con las profecías de Isaías y lo que tipificaba en nuestro tiempo. Las ideas comunistas de Jesús pero sin serlo porque el cumplimiento de ellas no sería a través de los hombres. Mi lema era a través del “Reino de Dios”. El Dios ciego que prediqué al baratillo.

Sin embargo, me jactaba de decir que salvé muchas vidas. Digo salvé porque en esos desbordes de la existencia me encontré jóvenes con intentos suicidas, prostitutas, drogadictos hasta abogados y doctores que vendían helados en sus casas para sobrevivir… unas cuántas visitas y unas cuántas miserables palabras de ánimo, les eran suficiente para retomar sus batallas. El poder del desinterés humano, del abrazo, de la empatía, de embarrialarme con ellos en su dolor. Aunque ahora pienso quién salvó a quién…

Cada cierto tiempo, la misión debía llevarse a lugares inhóspitos, donde nunca se hubiese llevado el mensaje bíblico, para ello, solo misioneros nativos podían ir por los diversos riesgos. Fui la primera extranjera misionera en atreverme, confiaba en el poder de “Dios” y en mi fortaleza interna.

Me asignaron la región de San Miguelito para establecerla como base junto a mi compañera de misión, una joven de 18 años, que había peleado en la guerrilla y luego se convirtió a la fe; también con un matrimonio, ambos muy jóvenes. Éramos cuatro guerrilleros pero de la fe.

Por seis meses solo pude comer pescado y cada tanto al mes, cuando viajaba a San Carlos de Nicaragua por provisiones, me deleitaba de una fruta o una verdura.

Para llegar allí, debes atravesar en barco por 10 horas desde el puerto de Granada; atracas unas horas por las Islas de Ometepe, y luego sigues  rumbo  al muelle de San Miguel.

Parajes bellos, naturales, simples pero -no sencillos- y que jamás se borran de mi memoria.

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No creo en el socialismo que embarga y constriñe al espíritu humano.

Creo en el ser socialista que defiende su igualdad para repartirse y consolidarse.  Donde el poder no sea ese eje de contradicciones, de filosofías de chancleta con desbordantes ganancias personales. Ese chantaje anti-todo pero que ambiciona todo.

Así me sentí cuando llegué al derrumbe de un país que se jactó de un socialismo equivocado; aún lo lloro, es desgarrador… porque sigue siendo. 

Al predicar de casa en casa; de pueblo en pueblo; de montañas a despeñaderos, de islas a isletas…  encuentras miles de historias al margen de lo que predica la política.

El hambre descomunal, las apropiaciones de tierras o casitas por los poderosos, las desfiguraciones de niños por las granadas, los tributos obligados de la guerrilla o la contra, las violaciones sexuales sin importar edad, las familias o mujeres que perdían a todos los varones de su hogar; ningún lado se salva.   

No me contaron, lo viví en cada hogar que visité. No puedo creer en este tipo de “socialismo”, tampoco si fuera un tipo de “democracia”. Por eso, las banderas son simples trozos de tela donde se secan lágrimas o heridas. No son tejidos de independencia sino bordados de masacres e injusticias.

Todos éramos ciegos. Yo, tan ciega de mi fe queriendo ingenuamente salvarles y ellos, ciegos de su pasividad por no rebelarse en contra del dictador que aniquila sus sueños de libertad. Allí la única política que entienden es sobrevivir, es comer, es poder dormir sin que les roben nada, de sostener las plagas de sus cosechas, de huir por “suerte” del cólera, la malaria o el dengue.

En San Miguelito todavía habían zonas de combate; guerrillas resentidas que se apropiaban del maíz y el ganado de los campesinos; vaqueros que asumían la Ley a su antojo; asaltaban a las fincas, los “ifas” y  autobuses. Existían campos minados a la espera…  por eso, continuaban las mutilaciones en la sombra de muchos cuerpos.

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Cómo hablar de Dios y su Reino? la miseria se acumuló de escamas en mis ojos. Dejé de ser por mucho tiempo; repito, no sé si después de eso, aún soy…

Recuerdo las veces que asumí la muerte como cuando tuve que enterrar a mi perro “Fifí”… llorar por un rato y luego, seguir buscando otra mascota.

Era la época de los 90s donde el Cólera arrasaba sin compasión.

Tampoco era un lugar donde solo podía hablar de Dios, sin llevar medicinas, sueros y antibióticos en mi bolsillo. Es asustadizo no tener el poder de salvar vidas de otro modo y verlos morir como mi perro “Fifí”.

San Miguelito era la base pero solo llegábamos allí, los sábados y domingos para hacer las reuniones bíblicas y dormir bajo techo. Los demás días era caminar en plena montaña, sin cuáqueros ni guías. 

No era un asunto de camping deportivo, era buscar un asentamiento o rancho o árbol y dormir y amarrar las hamacas donde fuera. Debíamos llevar mucha literatura bíblica y la comida. Todo debía ser muy preciso porque caminar y cargar a la vez, bajos altos grados de temperatura y donde el agua escaseaba, se volvía insostenible. Recuerdo que a veces cuando creía que ya no soportaba más, aparecía o una yegua, o un toro amansado (muy común en esos lugares) y nos daba un aventón. En esos momentos, sí creía en la Providencia o en los ángeles.

Muchas noches sentí el frío de la muerte, no podíamos dormir y debíamos acurrucarnos todos juntos para sostener el calor.

En otras, me ardían los pies como si caminase en medio del fuego.

Nos enfrentamos  a animales de montaña: serpientes, dantas, hasta escuchamos rugidos de tigre.

Una vez, perdidos en los cerros de Morrito, por la hacienda La Flor (antigua propiedad de Somoza)  nos tomó la noche de sorpresa. No llevábamos ni fósforos y dábamos vueltas a un mismo punto de referencia. No teníamos agua ni provisiones… porque calculamos que llegaríamos de vuelta con facilidad.

Pasaron las horas, y decidimos que el varón se adelantara unos kms para no desgastarnos tanto sin sentido, faltaban si acaso 4 horas de cálculo para llegar al asentamiento. De camino, nos cruzó un perro salvaje blanco y fue aterradora su mirada. Empezamos al rato a escuchar ladridos pero no de dos o diez sino una jauría de coyotes. Cada vez se oían más cercanos y la desesperación se dio. Debíamos escondernos donde fuera. No había ya luna para darnos luz. Yo había llevado mis botas de cuero crudo y de tanto sudor, me salieron ampolletas y ya iba renca. No podía ni caminar menos correr.

Llegué a un momento donde me despedí de todos. -Corran por sus vidas… yo ya no doy.

Pero esos instintos que siempre te empujan, me dio la última fuerza. Me tiré en unos platanares y me escondí cubriéndome de las hojas podridas que había. Y casi ni respiré cuando sentí las vibraciones en el suelo de los coyotes que corrían ni a dos metros míos.

Me recordé de volver a respirar después de un largo rato cuando ya ni se oían los ladridos en la explanada. Nos llamamos a gritos para encontrarnos y todos salimos ilesos, a excepción, que empezamos a sentir picazón por todo el cuerpo. De los ramajes secos habían crías de garrapatas y andaban sobre nosotros como hormigueros. Sin luz más que de la luna, ni agua, y con garrapatas que a cada minuto nos desgarraban, iniciamos de vuelta la caminata que nos esperaba, aún de 3 a 4 horas. 

Al llegar al pueblo, como no había ni electricidad ni agua, nos tiramos al lago para quitarnos las garrapatas pero no salieron hasta después de casi tres días porque se emporaron en la piel. Aún tengo una que otra cicatriz de esa memoria de Luna Llena. Pocas cosas después de eso me dan miedo.

Recuerdo de otra gira, uno de las tantos lugares que son tan remotos que uno jamás piensa que pueda existir seres humanos. Se llama “El Dorado”. Allí encontramos varios cementerios indígenas intactos. Llegar al pueblo era una odisea; primero 7 horas de viajar en “ifa”, luego, dos días de camino de mulas, acampando donde la noche ya no nos dejaba seguir; viví una experiencia que marcó profundamente mi existencia.

Llegamos a un rancho.  Era un techo con cuatro horcones. No había camas ni hamacas, solo tablas de cierta altura y ancho. En una de ellas, había un niño de unos 4 años acostado con un trajecito muy acicalado y con unas tijeras abiertas cerca de su cuello. Lo vi profundamente dormido.

Saludé y empecé a predicarles; mientras, una mujer joven lavaba con un huacal unos trapitos y los demás niños, jugaban con los chanchos de monte en el patio. Le pregunté por qué el niño dormía de esa forma. Y me respondió de una forma –ahora sí- sencilla: –Hace media hora se me murió y no sé de qué… mi marido anda de cacería y no puedo enterrarlo hasta que él llegue. 

No la vi llorando. Todo seguía igual como la muerte de mi perro “Fifí”. Le dije preocupada que en qué podía servirle. Le dije que podía inyectarle alcohol al cuerpecito para lograr más rato ante la próxima descomposición.

No sé de donde me salió el valor pues nunca lo había hecho. Su cuerpo ya estaba duro y la jeringa se me quebraba. Lo inyecté por el cuello que era la parte más blanda en ese instante. Después de eso, seguí conversando sobre la esperanza de la resurrección, que en ese momento ni yo me creía.

No era media hora cuando del cuerpecito del niño, por las orejas, la nariz e incluso los ojos, le salían decenas de lombrices alborotadas por el alcohol. Sin duda, había muerto de un ataque de lombrices.

Salí de allí porque ya debíamos buscar un refugio donde colgar nuestras hamacas pues llegaba la noche y ese no era el lugar preciso donde quería hacerlo. La muerte me acompañó en cada minuto de exhalación hasta que tuve que asumirlo como si fuera la muerte de mi perro “Fifí”.

La vida es bella, sí, aún no sé de qué modo para algunos. Pero la única que controlo es la mía y debo construirla en belleza a mi modo. Por eso, a veces me acelero en los pasos y vivo como si estuviera por faltarme solo unos kms de vida.

Esa es la política que conozco, la fe que conocí, el socialismo que murió en un día cualquiera en el valle de “Los Dorados”.

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Poema de Carlos Martínez Rivas en voz de Evelyn M

jueves, abril 16, 2009

La siguiente dosis

taza de te

el mundo se puebla, se sobresalta, se asesina…

y yo sigo tomando mi té de jengibre con zacate de limón

 

hay una dosis que no se entiende

-historia de un abril que no nació-

se disuelve aún en mi labio y su incredibilidad

 

puedo extenderme como rama,

hacer el amor las veces que quiera,

y seguir dormida…

 

sigue el calor y mis ganas por olvidarte,

sigo mientras lo pienso

 

la cama vacía,

el mundo en su mundo,

mis manos en disolución

y el té de jengibre a punto de terminar

 

Click... una taza de té

miércoles, abril 15, 2009

Fondo de no ser con Jean-Paul Sartre

Mi respuesta a Sartre en memoria de una de sus locuaces cartas con Simone de Beauvoir

Edición CARTAS AL CASTOR Y algunos otros (1926-1939)

Lee acá Las Cartas al Castor

http://www.elclubliterario.com/?q=node/1631

 

Paul, me confieso ser tan heterogénea como vos. A veces con sospecha de no ser sencilla ni auténtica. Ambiciosa al carajo. Ególatra de la estupidez.

También tengo hambre de crear, lejos de sistemas filosóficos pero si de un maldito beso bien dado a la exclusividad.

No puedo ver una pantalla en blanco porque ya quiero escribir; con flojera o voluntad, con renacentismo o ridiculez.

Son como estas líneas que salen de mi utopía barata por digitar algo, como si la rabia se me saliera por los dedos. Cierto, nada de lo que escribo me gusta y no me importa; lo sigo haciendo por carácter, por nebulosidad, por no tomarme la cerveza de la desesperación y luego, quiera una más, y otra y la que sigue.

Figura y carácter hasta el mausoleo de mis cenizas, porque eso de sepulturas no va conmigo. Igualito a vos, soy esa mezcla de baratijas emocionales, que no da con sus miedos pero tiene pie de guerrillera.

Fundamentalista de mi género pero con pasión y desbordante erotismo. Eso sí, al diantres la reprensión…esa vergüenza no me enmascara. Ah no…!!! pero también, sentimental y coqueta, femenina de margaritas y a la espera de un buen sexo.

¡Cómo peleo con mi voluntad, dirías, la mía…! No hay nada de filosófico si dejo un día de no bañarme pero amansar mis ideas es como montarme en un toro mecánico y dejarme caer sin pelea. Claro que te gustaría mi época.

Te soy sincera, no es la primera vez que lo digo todo, en otras ocasiones he estado más segura de mí misma y lo he confesado: me ladran y huyo; retrocedo de reojo, nada más de reojo y luego arremato.

Ese creer de que tengo miedo pero no lo tengo, de que me hieren pero sigo blanda y amando.

Porque sé amar mucho más de lo que se jactan en callarlo muchas mujeres. No lo digo pero lo escribo.

Si me atenazan de superficialidad que lo hagan, que me insulten, les daría besos audaces para callarlos.

Me reprochan de desbordes ciegos e impulsivos y puede ser que sea incapaz de doblegar mis emociones como decirle a un hombre de a primeras que le amo y sea insensible o si le digo, y ya para qué…

Huraña… gata, guepardo o un simple pato de lago dulce que saluda a su cazador. No sé que soy para conmoverte pero lo haría si esta carta fuera para mí. Mi riesgo es decírtelo después de casi un siglo. Y te lo expongo: deja de perder esa carta que no existe. Le llegó a una Simone Jolivet.

martes, abril 14, 2009

mandarina

Piensa en mandarinas

 

Fruta

te huelo en la fatiga de este martes

y la ausencia…

 

duele ese olor de mandarina en mi labio

tan lleno de pragmatismos

en el destierro

 

anaranjado de la sed

hasta caer en mi senos

 

piel contra gajo de mi piel

zumo de tu embriaguez

 

desgaja la palabra que me avergüenza

no hay pudor en la cáscara

 

es la noche de mis mandarinas en tu boca

domingo, abril 12, 2009

Emily Dickinson y esto

sencillo 

Es TODO lo que hoy tengo

para traer. Esto y mi corazón.

Esto y mi corazón, todos los campos

y las vastas praderas.

Lleva la cuenta: si me olvidara

alguien podría hacer la suma.

Esto y mi corazón y las abejas

que habitan en el trébol.

 

Emily Dickinson

 

Todo lo sencillo es hermoso. Vivir, hablar, escribir, soñar en reflejo a la sencillez es un teorema interno no una casualidad externa; es un estado consiente y todos lo llevamos desde el fondo del ser. A excepción de aquellos que permitimos que esa sencillez se moldee de complejidades o de facilismo.

Para vivir de forma sencilla, no es solo remontarse al campo y ser como la gente que vive con tan poco -en el sentido material-.

Sencillez no es humildad, ni la humildad es carencia.

No se ocupa de mucho para respirar, comer y sentirse vivo. Aún bajo carencias económicas o sin tantas ambiciones, muchas familias reflejan la alegría de su tejido afectivo y su mutualismo de convivencia.

Pero también conozco personas con factibilidad material y sin embargo, tienen un modo sencillo de vivir y ver su mundo. Son libres de sus dependencias.

En mi caso, admiro cuando un escritor transmite con claridad de pensamiento sus ideas y se enfoca con intención, con dirección…  a que sean explosivas, inolvidables pero ante todo que se marquen de sencillez. 

Escribir o hablar de forma sencilla tiene su dificultad. Lo fácil no es sencillo. Lo sencillo es decir en sustancia y claridad lo que queremos que el “otro” perciba. Es tratar de escuchar las voces de nuestros latidos para provocar lo que hay dentro y decirlo.

Aunque éstas puedan ser opiniones equivocadas, debemos liberarnos de todos los tejidos sociales que nos sacuden, amarran o enmudecen y soltarlas…

Es difícil escuchar nuestra propia voz ante tantos ruidos y ante tantas formas de lo que el mundo dice que deberíamos hacer o decir.

Eso es ser facilista. Dejarnos guiar por la vida, las ideas y las palabras preconcebidas que desde ya se asumen como normas o estilos. 

Escribir - hablar - demostrar una dialéctica  de pedanterías no me dice lo culto de alguien sino el desborde de sus egos. Uno mismo a veces cae en esos hilos del oscurantismo verbal, en el adjetivo culturista que no dice nada.

Por supuesto, a veces se nos salen “palabras de Domingo” porque ciertos términos se hacen inherentes según nuestra formación. Pero suenan liberadores si nacen reafirmados de naturalidad, de profundidad. Yo me voy directo al diccionario cuando se escuchan términos nubosos bajo esa connotación -provocan curiosidad-, re aprendizaje;  pero no nacen, como otros, con la intención de decirle al mundo cuánto se sabe.

Confieso, que mis primeros escritos literarios fueron dogmados por el Trascendentalismo donde se buscaban imágenes delirantes y adjetivos papilosos; despejarme de ellos, ha sido una tarea difícil, de casi una década. Mis dos primeros libros lo confirman. No voy a argumentar si me dejó algo positivo pero una forma terapéutica contra este legado fue la lectura de la poeta norteamericana Emily Dickenson.

Si ella hubiese hecho caso de la crítica, habría sido una escritora de más, pero al conservar su independencia de estilo, su temática y sencillez, arribó casi en la genialidad.

Decía: “si tengo la sensación física de que me levantan la tapa de los sesos, al leerla(se refiere a su poesía) sé que eso es poesía”.

Su lenguaje era limitado. Su vida no se destacó por excesos, ni de acumular parajes vivenciales llenos de emotividad o ex centrismos.

Su espacio vital era la casa y navegar dentro de sí. Escribir sobre la cotidianidad; de revolverse con todas las sensaciones que produce la angustia, el júbilo, el asombro, la esperanza, el éxtasis…

Exploró zonas de la experiencia que prefiguran la inquietud de Kafka con la diferencia que le cantó a la belleza por medio de la sencillez.

Fue una reclusa voluntaria y junto al estilo de Whitman renovaron de frescura la poesía norteamericana del siglo pasado. Aún al leerlos se siente su contemporaneidad, con temas universales y sin grandes paradigmas.

Con Emily y su poesía sencilla, irregular, des tonada, se pudo escuchar la voz de la mujer que renacía ya… con una independencia motivadora distinta a su época; la mujer que no le temía a nada, ni a su propia soledad, que aún inmersa en cuatro paredes, podía referirse a temas importantes como la muerte, el tiempo y la inmortalidad.

Yo abogo por ser sencillos desde adentro. Es una de mis metas. Y no solo con lo que escribo sino en mi manera de transcurrir el día. No es tan fácil pues nos ahoga la complejidad del ser y nos atormenta las presiones de la época. Pero todo es más sencillo de lo que parece.

Cuando soy capaz de pedir perdón ante alguna ofensa que abordo aún involuntaria o de perdonar cuando trasquilan mi corazón, me resuelvo ante mis propios enigmas. No importa si me perdonan o no. Consigo mi libertad. Es una actitud de sencillez. 

Permito que sea esa liberación interior la que pueda responder a todas las preguntas que me atormentan sin dejar de ser quién soy.

Me convierto en un  ser más claro, más sencillo… y respiro con mayor fluidez. Igual cuando me inundan pensamientos telarañosos o conflictivos, me esfuerzo para provocarles el ojo sencillo con que debo pensarles.

No importa si pierda o gane, si insisto o desisto…

Exploremos lo sencillo: ame de forma sencilla, no es tan complicado  si lo hacemos con intención, con dirección…  debe haber voluntad para el amor; como para la libertad; para los sueños; para marcar significativamente una existencia con verdadera sencillez.

Yo estoy aprendiéndolo a través de los poemas de Dickinson y su manera de contemplar el mundo.

 

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Para ser reverentes ante los simples días

que nos traen las estaciones,

es suficiente recordar que pueden

restar –de tí, de mí- la nadería

que se llama mortalidad.

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No tengo nada más para traer, lo sabes.

Te traigo pues lo mismo,

como la noche sigue trayendo sus estrellas

a nuestros ojos habituados.

Acaso ni las notaríamos

a menos que faltasen.

Tal vez entonces fuera un acertijo

encontrar el camino a casa.

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Soy NADIE.¿Tú quién eres?

¿Eres tú también NADIE?

Ya somos dos entonces. No lo digas:

Lo contarían, sabes-

Qué tristeza ser alguien,

que público: como una rana

decir el propio nombre junio entero

para una charca admiradora.

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Derrumbarse no es acto de un instante,

pausa fundamental.

los procesos de la ruina

son bien organizadas decadencias.

Es primero una tela de araña sobre el alma,

una cutícula de polvo,

un gastarse del eje,

un moho elemental.

La ruina es el trabajo bien urdido del mal,

consecutivo y lento.

Ningún hombre ha fallado en un instante:

es la ley del fracaso ir resbalando.

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Hay una soledad del mar,

una soledad del espacio,

una soledad de la muerte.

Y, no obstante, parecen compañía,

comparadas con esa màs profunda

-intimidad polar,

infinitud finita-,

la del alma consigo.

Emily Dickinson

sábado, abril 11, 2009

Tactos

HPIM1545

Eres el tacto de lo que no sé,

los soplos de mi espalda sobre tu invisible y sus noches,

sigues allí en toda mi mañana

deshojando lo que puede ser.

 

 

Quizás soy la asceta que refuta sus fuegos

para encenizarlos dentro de ti.

No hay lluvia que sostenga mi piel…

Tu labio me lo dirá.

 

 

Mi vientre se acurruca despacio en lo posible,

no dejará de sembrar margaritas sobre tu pecho y sus fríos.

 

Es hora al fin,

de alivianar tus soledades,

¡ven y recubre tu esencia

en la cadera de mi trópico!!

 

No basta ya ese

-“…è domattina suonare la guitarra per tè....”,

tendrás siempre mi sonrisa.

miércoles, abril 08, 2009

Mi 14 de Nisán

images jesus 

No tengo ya fe religiosa y digo “ya” porque la tuve a la doble potencia.

Se acercan estos días que son los menos santos del año y se propaga todo el discursito del deber de la “reflexión”.

Nuestra vida es una reflexión diaria, debe ser al día, al momento de exhalar con conciencia de que estamos vivos y que nuestro barco interior depende de qué rumbos le damos a nuestra navegación.

La fe con apellido de religiosidad se vuelve una necesidad, una carencia humana.

La fe sin apellido es distinta. Somos espirituales cuando tratamos de creer en nosotros mismos, en nuestro Dios interno, en nuestra potestad divina para derruir nuestros demonios o dejar volar nuestras libélulas.

A veces me desanimo de mi misma. No me gusta lo que veo y me arrincono de pánico por lo que me hago sentir. Es allí donde necesito la fe. Fe para creer en mí misma.

La fuerza de mi fe está en algún lugar y aunque se esconda, la busco al frenesí. Y cuando menos pienso, puedo sonsacarla en un santiamén. Me remonto de vitalidad, me perdono, me reanimo y sigo intentando…

Hay días donde no me sostengo. Creo no tener la fuerza para seguir y llegan todos los vacíos, todos los derrumbes, todas las cenizas de mi volcán…

Me permito un rato esa desolación porque hago conciencia de mi debilidad, de cuál debe ser la próxima meta conmigo misma.

Entonces llega el siguiente día y me hace ver las cosas distintas. Ya he respirado y exhalado el problema. Ya he parido la zozobra de mi aprensión y no queda nada adentro, más que mi propia fe renaciendo de nuevo.

Se aproxima el 14 de Nisán, muchos celebran la muerte de un Dios. Yo celebro la muerte de un hombre. Un paradigma histórico o un arrematado sagaz que pudo con su sencillez hacer temblar a los reyes. Si es un personaje, amo los personajes literarios aunque sean la invención de un creativo. Si fue un simple hombre como Gandhi que supo liderar con el verbo y su amor, que venga el festín.

Prefiero la versión que “entendió” mi hijita en el kinder y se acomoda más a la realidad. La grabé en video porque vino a contármelo con toda emoción.

-Mamá, hubo un Dios que era muy bueno. Alimentaba con pescaditos muertos a otros, les daba de todo hasta papas fritas. Le gustaba montar en burro y si a alguien le dolía la pancita con solo tocarle, adiós dolor de panza. Pero habían  hombres malos que le traicionaron. Y lo mataron en una equis. Lo enterraron en una cueva y sabe cuál fue la sorpresa? que luego, caminó hasta el cielo porque su papá, que también es otro Dios lo salvó.

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Es bueno creer en la versión que cada uno quiera creer.Yo tengo mi propio credo.

Hay hombres con su Dios interno que saben arrogarse. Admiro esa capacidad de Fénix, de quiénes pueden sobrepasar sus propios límites y adversidades.

Conozco al Dios de muchos, que dicen:

-hasta aquí con mi último cigarro.

–hasta aquí con esta última copa.

-hasta aquí con está relación.

-hasta aquí con estas mentiras.

-hasta aquí con estos miedos.

Uno se asombra y se sorprende de esa divinidad. Es un poder que existe también en nosotros mismos.

Yo tengo más demonios que dioses. Es imparable esta tarea intrínseca -de lo que soy- y –de lo que quiero ser-. Es mi discordia de todos los días. Mi trabajo de tiempo completo. Pero voy… al paso, a veces, más lento que otros, pero voy… con el norte y el sur, el oeste y el noreste.

Esta semana celebro mi 14 de Nisán, la muerte de mis dioses inventados. Festejo mi esfuerzo y sus búsquedas. El Dios que hay en mí y no se doblega.

martes, abril 07, 2009

Ser madre -entre la fragilidad y el ímpetu-

pancita soleada Mi pancita en sus nueve estaciones de caverna

Cuando decidí ser madre, llegaba ya a mis 35 años. Una edad en cuenta regresiva para la maternidad. Serlo sería una decisión, no un accidente o una casualidad. Fue, es y seguirá siendo la aventura más esplendorosa pero arriesgada que he asumido ante el universo.

Inicialmente sería un plan maestro en contra de mis excesivos soliloquios; luego, mejoré la idea de que sería más bien -una extensión de mí misma y su otredad-.

Ya no ser o existir… para mis egos o trivialidades sino en despojo de todo por amor; un amor siempre exacto, de galope inmutable, al destape de todas sus latitudes, en condiciones de punto seguido y sus 24 horas, inacabable; una vida para el desgarre, la prueba y el error.

Si bien ya había viajado por el mundo y cumplido casi todas mis metas; varias carreras y cierta estabilidad financiera; sentí que el paso precedía a la acción, y era mi mejor momento para ser mamá. Fui educadora por muchos años, y ese sentido filial casi siempre maternal, era muy poderoso en la sed de mi “ser” como mujer; aún muchos de mis alumnos los veo como hijos.

A pesar de que mi condición amorosa era más que solitaria por mi demarcado divorcio, me abrí a nuevas posibilidades afectivas.

Cuando inicié el proyecto de mi libro: “Tierra, fuego y agua… que nunca se enturbia”, una temática que lucha por la autenticidad de lo que somos, -entre lo que es mestizo y lo indígena en nuestra hispanidad-; asumí un viaje por los lares del sur, aprovechando una invitación del Ministerio de Cultura de Colombia al Encuentro de Mujeres Poetas en Cereté.

Pensé que sería una gran opción visitar las tierras incaicas y su riqueza prehispánica y tenía la opción de viajar a algún país cercano para concentrarme en la actualidad del indígena. Estaba por elegir Bolivia pero una conocida ecuatoriana que encontré en la agencia, me dijo:- vete a mi país, además de barato, es bellísimo y muy rico en cultura autóctona.

Ya había iniciado la ruta meses atrás, con Perú, parte del borde andino chileno hasta continuar por el puente Inca de Mendoza Argentina.

Así que ahora asumiría el viaje a Quito, Ecuador, después de mi gira por el Norte de Colombia.

Visité mercados, diversos lugares y en uno de ellos; camino a conocer la famosa línea ecuatorial, en la mitad del mundo, mientras iba en el autobús, se sentó a mi lado, en el único espacio que había disponible, un militar bastante joven, con imperio de Rey inca, inició un saludo ingenuo que sería el conductor, dos años después, a ser el padre genético de mi hija.

Ya ven, seguía el patrón como ascendiente mestiza de españoles, yéndome de exploradora, en busca de la riqueza del indígena y me traje uno de vuelta.(Aquí va una risa)

Mi historia disfuncional con el encuentro de dos culturas es larga y tendrá otro capítulo. Pero con mi embarazo, vino mi segundo matrimonio. Luego, a los seis meses de nacida mi hermosa mestiza, por diversos motivos, se decidió nuestra separación inminente. Actualmente, él reside en España con dos de sus hermanas, ya todos como colonizados y europeos.

Mi hija en una semana cumplirá 6 años. Su otra mitad del ser, la desconoce; la cultura, el país y la familia de su padre.

Como regalo de natalidad-identidad, le daré este viaje post colonial en la sierra de Machachi, Quito; un viaje que no debe obviar porque es parte de su sangre y de su historia. Y aunque –yo- nada tenga que ver ya con su padre, ella es parte de él y en su momento estelar, fue decisión de ambos concebirla.

Ambas vemos este viaje  como una aventura en complicidad. Ella conmigo, ante mi nunca soledad.

Su otra mitad, la mía; la conlleva como rutina, siempre libre y creativa pero es la de todos los días.

El otro pedacito de ella, lo ha llevado desde siempre. Es curioso el poder de la genética. Su abuela es 100% indígena: sus trenzas hasta la cintura, sus trajes largos y bordados, cultiva alfalfa y zanahoria; tienen animales de pasteo y de granja; una mujer de matriarcado y fuerte como toda mujer indígena.

Lo curioso es que mi hija, le apasiona la tierra, embarrarse de lodo. Lo primero que hace cuando viene del kinder, es tomar sus botas para iniciar su labor de campo; parlotea con los gusanos; anda cazando todo tipo de animalitos (Ayer mismo encontró ocho bebés escarabajos y durmió con ellos. Los resguardó en un jarrito de Gerber, con tapita huequeada, y pedacitos de hojas).

Sé que este viaje le marcará indefinidamente su historia. Conocer que todos somos parte de todo; que la piel es solo piel fuera de nosotros mismos. Que su vida es una extensión, una amplitud, una continuidad… de una familia, de un país, de un universo, de sí misma en mí misma.

Ella es mi mayor tesoro, mi mejor poema. La prueba más exquisita de mi existencia. El recordatorio de que ser madre-mujer es ese contraste entre la fragilidad y el ímpetu. Nadie me abraza ni me hace respirar como ella.  Allí mueren mis miedos -en la noche- cuando la duermo. Es mi aventura de ser lo que ella mira en mí.

Su maestra me dijo este año, que Marypaz le había dicho que su mamita es grande con signos de interrogación. Le dio curiosidad porque supuso que era por alta (pero mido tan solo 1.60cm). Así que le dijo ¿cómo grande? –Sí, mi mamita es lo máximo, juega conmigo, hace muchas cosas, es poeta y todo.

Ahh, eso fue lo mejor que he escuchado en estos 6 años de extensible labor, mi premio al por mayor, ser admirada y valorada por mi hija. Cuando me asoma la disfonía de la cotidianidad o una lágrima de más, porque las hay…

Recuerdo a esa oruga pícara y traviesa que me admira y me digo: -¡Qué más puede uno desear?

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Les  comparto un poema de los 9 que le hice cada mes de mi gestación. Viví esa época entre los bosques de Monteverde. Les incluyo -el séptimo mes- cuando supe que tendría una mujercita y que le pondría por nombre Marypaz.

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7 meses

 

Ya no es el poema

esa línea vertical que me eterniza…

sino tú,

diminuta hoja de mi árbol,

mujercita,

MAR de todas las esencias

Y PAZ que nace desde el vientre para el mundo.

 

Yo te espero…. llena de arcoiris,

con un bosque húmedo en los brazos,

para besar tu rostro de bromelias.

 

Quiero invitarte hija,

a atrapar tu infancia como una mariposa,

a reposar en los campos fértiles

que abundan en los sueños

y a inventar colores que pinten

toda la tristeza de tus lunas y las mías.

 

Yo te invito desde ya…

a amarme, Hija mía.

 

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lunes, abril 06, 2009

Equilibrio en el desequilibrio… por eso amo a Van Gogh.

araña A mi telaraña…

Hoy voy a suavizarme pero solo un poco porque las palabras dan siempre impresiones de cuidado. A veces lo olvido, y aunque le debo respeto al lector; quién se sienta intimidado por lo que escribo, que no me lea y ya.

Mis pasiones por la letra y el latido, son a veces indomables, depresivas en otras, hasta hirientes si lo asumen como algo personal; puede ser que generan bamboleos asustadizos pero eso es lo que soy, una humana que se descubre en sus propias batallas o derrotas, que se resuelve entre verbos y equivocaciones, que las dice y se confiesa. Para mí, un valor agregado en un mundo lleno de máscaras.

Voy al día, descubriendo mis pérdidas de enfoque, mis puntos débiles, mis ahogos de la nada… y aquél que decide husmear mis complejidades –muy dentro de sí- pues bienvenido a esta travesía pero será tan solo como un espectador o un cómplice… sin interferencias o señalamientos.

No busco ni jueces, ni recetas sugestivas de como debo ver o equilibrar mi mundo. Soy versátil cuando -a través de mí misma- descubro que es lo que debo cambiar. Veré yo “si yo misma” me convenzo de cambiarlas y lo que pierdo por no hacerlo.

Pueden cuestionarme, maldecirme… lo que les venga en gana. Pero que de allí, intervengan o traten de persuadirme, que  debo buscar un equilibrio, un amarra lenguas o un nuevo enfoque neuronal, ese permiso de juicio me lo doy SOLO YO.  Y si me juzgan por mis desasosiegos, que son de la cabeza para arriba, conste, y aunque si fueran de la cabeza para abajo, soy la única a quién le debe importar, pues hablen, hablen… que también “vosotros sois” libres de apreciaciones –pero sin meterse conmigo-.

Y no se confundan. Mi intensidad y libertad para decir mis incendios, asusta a MUCHAS, en especial a aquellas que se suman a sus propios roles de cómo debemos ser las mujeres o hasta de cómo debemos sentir; pero en especial, revolotea con furia o resentimiento a MUCHOS, refiriéndome al género que no soy.

No es común, leer a una mujer dragón llena de fuegos oscilantes. Una mujer que escriba sobre sexualidad o erotismo, sobre atreverse al mundo, sobre dinamismos que rompen la cotidianidad o en contra de las trivialidades que conllevan los géneros y sus despechos; que habla sin pudor de sus miedos o tropiezos. Que me tilden de lo que sea, con puntos y comas… allá ellos con sus gramáticas.

Un conocido me recomendó su secreto, “se vive no se sobrevive” y aunque en el proceso me contenga, me limite, me dispare de iras, o sufra mis propios látigos o dramas, puedo decir que he vivido, me he inventado.  Este es mi personaje y yo lo controlo, el cómo actúa y la vida que quiero inventarle dependen de mi inspiración.

Yo me río de mis propios argumentos, de la disfonía con la que le canto y discuto al mundo, de la insolencia con la que respondo cuando me hieren…

Los que están cerca de mi, amigos reales y confidentes saben lo que digo. No buscan cambiarme pero ríen conmigo. Los amo por eso.

Si creen que soy ciega de mis errores y se afinan a que yo los vea, pues busquen tribunal y me sentencian.

En fin, la que sabe cómo soy realmente, soy yo, nada más que yo. Me doy la paz y la guerra que quiero darme. La mesura o la disfunción a la que quiero someterme. Si soy reaccionaria o libertadora, esa la que decide ser lo que quiere ser.

Conozco el poder y la debilidad que hay detrás de mí. Los cambios que auguro, mis cambios, vendrán solo a través de mis decisiones, de mi resiliencia  o voluntad. Pero ante todo, amo a quién trato de ser, me acepto y aunque les cueste a algunos entenderlo, disfruto esta ambigüedad de mis latidos, de ser feliz a veces o infeliz, de luchar por despellejar mis escamas y lograr reiventarme.

No todos tenemos la misma energía y lamento que algunos me vean llena de electricidad y les preocupe. Hay variedad de voltajes en el mundo. Eso es en realidad el carnaval de las diferencias, que hayan luces suaves, intensas, otras llenas de colores primitivos o mezclados.

En mi tiempo de misionera sufría por querer cambiar al mundo, porque pensaba en las vidas desperdiciadas con sus rumbos inciertos, de sus ideas fragmentadas… hasta que me convencí que ese poder solo está en ellos y en lo que decidan ser, creer o pensar. Y yo voy decidiendo conmigo.

La vida es corta, bella y fea. Hay personas que no toleran el vaivén existencial, pues perfecto que luchen por su armonía; otros somos distintos, nos equilibramos con el desequilibrio.

Que nadie sufra por mí ¡Cuidado! El que trata de desenredar telarañas ajenas puede morir atrapado.

domingo, abril 05, 2009

Espermatóforo

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Un tequila por tu asfixiante ego,

por tu liviandad que se derrite de mentiras,

-escorpión inútil de sí mismo-

que no se atreve a amar;

por eso, seguirás solo con esta profecía,

cazador de animales indefensos,

por eso, pagas el refreno de tu sexo,

solo ahí

es donde sirve tu aguijón .

 

 

Primero adiestra tus pincitas de macho ardiente,

que solo suenan y trasquilan,

si esa es tu danza del cortejo, ¡arrogante!,

jamás seré ese insecto de tu “dominio”.

 

Disfruta sí, mi ingenuidad de creerte,

soy el chiste de un abril que me robó la noche,

bastardo devorador de otros,

bien estás donde estás…

debajo de las piedras.

 

Vendrá el anfibio que te emponzoñe

o el fuego que te fragmente,

insociable -sin ternura-,

borracho de miedos -sin control-,

juerguista de un latín desmañado que solo impresiona a los tontos,

por lo menos me escapo del tiro

imbatible- de vos.

 

 

PD/ A ver picadura si me ganas esta.

Ahh, y un consejo… de alacrana a alacrán, mejor sigue comiendo crías.

http://www.bancoimagenes.com/banco.php?LangID=es&RollID=cd619&FrameID=cd619f072

sábado, abril 04, 2009

DESATARSE de todo…hasta de mí misma.

Ver imagen en tamaño completo

Tengo un desafío constante, poder emerger de mis volcanes y tener el valor para dejar atrás lo que arranque mi felicidad. Es una tarea difícil.

Si no lo hago nunca seré libre. Seré esclava de mi misma, de mis propios dominios febriles. Es fácil dejarse llevar por la ceguedad, porque a veces resurge un pedacito de tu debilidad o poca auto-valía, o por ser una oruga llena de ingenuidad en un mundo donde prevalecen lobos y depredadores, porque sí que los hay!

Escucho mucha gente quejarse de sus hijos, de sus padres, de sus situaciones laborales, de su estado anímico, de su salud, de sus parejas, hasta del clima; y en todo ello, esperan la solución desde afuera:

-un Mesías que se baje del madero para salvarlos;

-un Moisés que les abra el Mar Rojo para encontrar su libertad;

-un Cupido que les fleche la pareja perfecta;

-un controlador manual de temperatura;

-una pastilla mágica o una sanidad extraterrestre que libere sus dolores y miedos;

-un pocito de virtudes que mejore su personalidad;

-un tesoro escondido que pague las tarjetas de crédito.

Cuando en realidad, las soluciones tiene su tiempo cronológico en respuesta a tus acciones, a la capacidad de dar el primer paso para romper ataduras.

Lo digo en sentido plural. Es aterrador amarrarse a ciertas costumbres:

-vivir en la misma casa aunque no nos conforte;

-sostener ideas baratas como la única verdad;

-no echar al basurero ese objeto inservible que ese alguien no tan especial te regaló;

-apegarse a una ilusión afectiva que no tiene sentido;

-dejar irse por aberraciones o hábitos que después te martirizan;

-a creer que eres indispensable a nivel laboral o funcional.

 

Es humillante atarse a viejas y malas decisiones como las únicas donde debes caminar:

-una relación de dominio o sin amor;

-a perder algo  o alguien  antes de enfrentar un cambio o vivir con soledad;

-a aferrarse a solo un norte como la única manera de ver las cosas;

-a no defender lo que realmente sientes o te haga sentir mejor.

Muchos admiran a parejas que se jactan de celebrar “Bodas de Oro”, de decir que el matrimonio ha sido para siempre y que cumplieron su obligación social, religiosa y ética, sin importar que en todo ese camino, alguna de las partes enfrentó la infidelidad, el abuso o las humillaciones constantes, las irresponsabilidades económicas o afectivas hacia sus hijos… de aguantarlo todo, de llevar de por vida con disque valor ese acuerdo, sin importar que a partir de allí, ya no vale si amas o te aman, si se te incrustan frustraciones y arrastres  insalvables.

Para mi, eso no se celebra, no hay pizca de heroínas ni héroes, es total cobardía. No admiro en consentir una situación que te quite la libertad personal  para habituarse a la infelicidad. No aplaudo esas convivencias o relaciones. Si realmente está por celebrarse una “Boda de Oro”, lo haría cuando el mutuo respeto y la dignidad de ambos han sido sostenidas y preservadas.Cuando ambos crecieron a toda dimensión y se amaron -aún de breves e inmensos problemas cotidianos-  pero lograron auto salvar, o defender su propia existencia.  Compartir una vida en sí mismo con el otro,  felices en mutualismo y reciprocidad.

Igual no admiro aunque sea la única opción,  atarse a trabajos incipientes, donde agobien horarios inhumanos, de mala paga, de poco estímulo y crecimiento personal. Donde uno mismo se obligue a estar allí, a realizar funciones que desde tu interior te deprimen y te sofocan, y que  no te den sentido del ser. Liberarse de ello depende de uno. De arriesgarse a hacer de uno mismo alguien distinto. De reinventarse (es mi palabra favorita). 

No me permito la queja, si esa queja viene porque no asumo decisiones y no las corto. Sufrir me toca a mi..no vale, más si es porque de mi depende que sigan.

Dejar que la Providencia u otros tengan el control, es facilista y opcional. Pero la verdadera solución en regular tus estados y hábitos,  enriquecer tu poder, tu voluntad, tu discernimiento, defender lo que te sienta bien y te genere lucidez, felicidad, crecimiento…

Puedo ser débil a veces, insistir  en una meta, en una idea, en una relación… pero cuando me llega el punto asfixiante, donde se cava en un hoyo de control, y solo los de afuera son felices con tu infelicidad, me construyo una burbuja de aluminio y me protejo, hago fila y me doy el turno de reaccionar, de circular, de decir hasta aquí, sin reciclajes, de decidirme a tiro, para empezar desde cero.

 

meta

viernes, abril 03, 2009

Gladiador de silencios

 

http://www.darkslaveminiatures.com/tienda/index.php?act=viewProd&productId=49

 

Es noche al fin y tengo la sensación de reconocer tu voz en alguna parte y nunca te he escuchado.

Te reconozco en tantas caras por la calle,

que le provoco y le insinuó a la ley de las probabilidades

pero no te encuentro.

 

No sabría como mirarte, si con la timidez de lo que soy o el arrebato que aparento.

 

Sigo tan sola de “otro” como aquel día.

 

Así es la soledad,

extraña libélula que revolotea entre mi piel.

 

Será que ya debo dejar de llover sobre ti.

 

Será que jamás es -de verdad- un jamás…

pues ya tienes tu victoria y el último cerillo de mis ansias.

 

fosforo

jueves, abril 02, 2009

Amados hombres, cabezas de huevo.

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Lo intento, de verdad que lo hago, pongo mi mayor esfuerzo en entenderlos. Trato de no dividirlos por su género, de verlos como humanidad, de mezclarme en la polaridad, en sentir como dicen las nuevas teorías, que llevo algo masculino en mí y ellos, parte de mi feminidad.

Pero se dificulta. Las brechas sociales o individuales -luces intermitentes-, se disparan y con demasiada frecuencia. Por más que muchas mujeres sitúen su mayor esfuerzo y se vuelvan elocuentes, transversales, sedosas, llamativas, consecuentes, flameantes, llenas de Venus… no han logrado deducir en su totalidad la mística de Marte, como decía el betseller de John Gray.

Bien, digo yo, ambos debemos defender la naturalidad del ser, de mi ser, del otro con su ser. Pero mientras somos, el itinerario se vuelve a veces insostenible; mágico a ratos, imposible en su mayoría.

Quisiera como entrarles en su cascarón cerebral, reexcavarles el cráneo para adentrarme en sus preconceptos y con bisturí, recortarles sus prejuicios y su errada perceptibilidad en cómo nos divisan. Quizás también ellos piensen a lo inverso, no lo sé… pero en nuestro caso, es común oír tertulias de amigas asfixiadas, manipuladas, dominadas, controladas, reprimidas.

El temario de las quejas:

que si eres flaca, eres anoréxica;

si tienes rollitos, te mandan al gimnasio;

si confundes términos, te mandan a estudiar;

si te lanzas, estás loca y eres puta;

si resistes, te idealizan o se aburren;

si eres inteligente, se intimidan o se asustan;

si lo contradices, es que siempre quieres ganar;

si tienes plata, te compiten o se aprovechan;

si eres bella, te exhiben o te encelan;

si eres fea, te esconden o “go” al cirujano plástico;

si fumas o bebes, eres maniática;

si no lo haces, eres aburrida y sin “feel”;

si lo cuestionas, eres feminista y dominante;

si te silencias, eres una “perra domesticada”;

si buscas rebajas o baratillos; no tienes clase,

si compras en el mall, eres una consumista;

si te enamoras, eres una vagina estúpida;

si no lo haces; una perdida sin alma;

si los llamas o los buscas, eres una sobrada o sometida;

si no lo haces, eres la “divina” ególatra;

si estás sensitiva, como siempre eres solo hormonas;

si muestras coraje, eres imposible o una machorra;

si te enojas, es porque no te han follado;

si hablas de amor, eres anacrónica;

si tengo más edad que él, debo agradecerle;

si disfrutas de la sexualidad, es que tienes escuela;

si lo seduces, es tu culpabilidad si cae en la cama,

si coqueteas, eres depredadora;

si te das de liberal, es que tienes calentura;

si te acuestas en la primera cita, eres una zorra fácil,

si eres conservadora, eres la ingenua y tonta,

si no te dejas apabullar, eres conflictiva;

si no quieres jugar su juego; -qué se cree está… yo impongo las normas;

si lo juegas; te disparan;

es decir, no hay por donde…

 

He escuchado estas banalidades: 

-Me gusta tu intelecto pero no tu cuerpo.

-Las prefiero tontas, ciegas y mudas…

-Calladitas son más bonitas.

 

Yo peco y seguiré pecando en encontrar al hombre que algún día me mire y me quiera como tal, sin cambio alguno, sin derecho a recesiones, sin marcha atrás, tal como soy, como percibo el mundo, como me libero cerca o lejos de él, como me gusta amarlo bajo mi libertad, a todos sus costados y él en los míos. 

Lo he dicho en otros momentos, amo profundamente a los hombres y me esfuerzo con la misma profundidad por entenderles. Pero es un tema complicado, con versiones intimidantes, con verdades a medias, no hay receta exacta para esclarecerlo.

Por la línea que sigo, en la siguiente rogativa, no abogo por esas luchas a cuartel, sobre quién es el que tiene la de ganar, no es si el XX acierta en su poder o a contra espada del Xy, que defiende con osadía el creerse igual. No es un versus /versus…no debe sumirse en revancha, en verme o verle redimido a mis pies, en transformarla(o) a mi modo, en hacerle parir dolores si quiere estar a mi lado. No es como se me antoje, no son mis reglas o las de él…

Por eso, me llaman “difícil”. Por eso, estoy sola. No temo a estarlo. No acepto sobras, miserias, ni días especiales de un calendario. No vivo bajo la disponibilidad del otro. O somos de los dos o lo dejo libre.

Aunque pareciera, no soy feminista. No me encasillo en doctrinas hinchadas contra los machos bellos. Pero si detesto a hombres y mujeres, a su vez, que se tiran a campo abierto para medir los grados superlativos del ingenio, de la competividad a todo costo, de la lujuria ante toda igualdad. Esa inutilidad de quién caza a quién..!!! No es un asunto de dominación, de luchas de poder.

Aunque -no queramos- hay “modelos internos” dentro de uno; tanto hombres como mujeres idealizan, preconciben su absoluto por el papá o la mamá perfecta, o al reverso; se forja la imagen negativa del género, porque si me tocó una puta, todas son putas; porque si me tocó un vividor, todos lo son…

Viví hasta el tuétano, una relación de agresión. Me reventaba el tímpano y luego me violaba. Fueron solo diez meses pero me retomó diez años, recuperarme. Duele saber que muchas mujeres lo sufran y decidan seguir tolerándolo,  que sostengan lo mismo por tantos años, que trafiquen su cuerpo y sus emociones por miedo, por ignorancia, porque a pesar de ello, prefieren esa sombra a estar solas. Decía un amigo que acertó en algo, que mas puta es quien aguanta una agresión y se vende a si misma, a una relación que no funciona.

Así que tuve mi propia batalla, la he ganado ya, porque sigo creyendo en el amor, sin idealizarlo, pero moriré buscándolo, si antes no me encuentra.

Y aunque no se quiera, no se despoja con facilidad de esos modelos; internamente se llevan, y es en ese estado interno, cuando debemos rebelarnos dentro de sí, para que no se estacione en el alma perdurablemente. Nos toca el re-triple esfuerzo por des-aprender, de quitarnos la maña por la comparación, por la generalización… yo misma lo intento cada vez que hablo de hombres o conozco a alguien. Trato de despellejarme si es posible para que no me torture los patrones del pasado. Porque cada relación es creativamente distinta, si tenemos el valor de retarnos, de atrevernos… como si el amor nunca nos hubiese incinerado, con la ingenuidad y aventura de sentir maripositas en el estómago.

versus

Hombre y mujer no son rivales. Es un asunto de “pareja”, sin un género que te persiga. Es la equidad necesaria. Significa respetar lo que te gusta, lo que me gusta, lo que le hace sentir mal al otro pero por cortesía, por amor, se lo evitas, lo disimulas. Es esa ceguedad permisiva de ceder porque ansías su estado de placidez. Es la complacencia de que si el otro está bien, tú estás bien…

Sé de muchas mujeres que se torturan con su cuerpo por complacencia del otro, y el otro… rebuzna en anchuras o flacuras. Ella le ama sin condicionar pero ante sí, se condiciona por él, por ser lo que él quiere que sea.Si hablamos de gustos, yo los prefiero rellenitos, pero cuando revienta la química, la forma ni interesa, a la porra tu idealismo. He amado a flacos intensamente, altos, bajos, gordos, en fin,  el amor no se condiciona. Si no amas a alguien, ni te le acerques… no te des por la batalla de la compasión, de la conveniencia o de la lastima.

Con respecto al físico, el amor se silencia a no herirlo, no podría decirle: te falta más carnita, con unas libritas de mas, como te querría.

Porque cuando logramos esa conectividad con el otro, ese carisma singular,  quiero todo del otro, sin restricciones, no hasta donde me lo permita él.

Porque algunos viven en plena contención. “Solo esto de mi, puedo darte…” se dividen en centésimas y se dan a poquititos, ¡qué desperdicio! o “este es el único tiempo que tengo…”, o “mi amistad es lo que tengo para ofrecer…”(pero fuck’iando) , ohh ¡DIOSES y sus penes!

Otros,  te ponen reglas, cuando llamarle, de cuando eres formal o cita espontánea… ¡¡miércoles!! Rulers… rulers… sombras que fastidian la verdadera pasión. Contenciones baratas que jamás serán amor.

Díganme si como mujer permito eso, es como clavar mi propia esclavitud, o si miras a tu pareja de ese modo, será realmente afecto? La soledad no da pa’ tanto.

Ceder por turno no significa dejar de ser uno mismo, porque cuando hay reciprocidad, ninguno pierde. Si ambos se dan sin condiciones, no quedará una relación a dispar; no será el otro el que siempre tiene que dar más, reponer más, perdonar de más; a tal grado, que siempre será una parte la  que se sacrifica de más… Si debe haber sacrificio, que sean los dos los que mueran. La felicidad tiene su costo. Mi entero y su entero, no mi mitad y su mitad.

1 más 1 = 2.

**&^^%$#$#@@!!~ 

Siempre será dos, mientras no me juegue la filosofía.