viernes, julio 23, 2010

Entre ramas

2010_0721camino0018

 

Tienes el punzón o la salvedad de unos labios que no me dejan.

Eres con el dominio y yo, con la piel.

Desato la estupidez de la hierba que se deja crecer salvajemente.

 

No me cortas, solo sigues con la intuición de la enredadera,

trepar los brazos, entrelazar las piernas,

endurecer las ramas hasta estrujarnos,

que no exista el aire contenido

más que la fluidez de dejarnos caer

hasta abrirme a tu bosque

tan lleno de humedal!

 

Sigue la ferocidad cuando mis dedos crecen

empuñados por tu espalda,

ya no sé lo que puedo encontrar

o si debo perderme livianamente.

 

Es tarde porque la lluvia no para

y en el camino, los surcos se agrietan

entre labios.

 

Me embarrialo.

El barro tiene esa osadía extraña de pegarse al cuerpo

para inmovilizar,

para luego desatar furias y descontrol.

 

Siguen creciendo las ramas

y un pájaro reposa

en mi canto.

lunes, julio 12, 2010

Todo es así



(













Sigo a la espera del colibrí
para contar que la historia tiene un final feliz.

La heliconia tiene la misma dirección de mis ojos,
la muerte que se esconde debajo de cualquier hoja,
debajo de cualquier rama.

Apunto a otro plumaje en la madrugada,
y me rasco la sequedad del agua que no me cubre.

¿A dónde mirar entonces, si la bruma sigue donde debe estar?
Mi paso de vuelo no deja rastro alguno.

Todo es así.
Volar y reposar.

Mirar el adormecimiento.
Mirarme dentro de él
porque es la única opción o
por encontrar un pasaje que rompa este simple instinto
de seguir volando!