un peluche en san valentín
Te puedo regalar este poema como si fuera un osito de peluche,
dos globitos en forma de corazón con un lazo rojo intenso y una tarjeta de Hallmark, que diría:
“Te huelo como sabuesa y eres mi cupido de baladí”,
pero no,
la piel me dice distinto, va más allá de la ironía con que disfrazo la miel,
eres mi universo numérico, la palabra número 65 y aún sigo sin decirte nada,
si digo -te amo-, sigue el baladí,
si digo -te extraño-, sigue la sabuesa,
no sé ni lo que somos
ni lo que seremos,
si la piel fue suficiente,
o si darte toques en facebook sea una forma de hacerte el amor,
pero cruzaría cualquier océano solo por verte,
diría que la vida es un espejismo teatral
o un montaje de mimos
pero con caras amarillas donde el sol pega sus rayos crepusculares.
Tal vez suene a ternura de la que ya no existe
porque el sexo prevalece cuando se prende la luz
y el cortocircuito es leve y pasajero.
Esto es más de lo que se pretende,
más que un peluche y una cena romántica,
más que el pletórico canto del cantar de los cantares,
del amado, del amante, del ciego y loco amor,
del árbol cabalístico y tan dual del que tanto se siembra,
sigo creciendo con la raíz de inventarme sola pero contigo,
te perteneces, me pertenezco.
El regalo es que me mantienes viva, ilusoriamente viva,
la poesía crece y se colorea porque hay extractos que viven de tus árboles,
de esos deseos casi proféticos donde todo tiene sentido.
El siguiente toque me llegará con ramajes casi tristes
porque la distancia siempre se impone como utopías
caerán sus flores
pero volverán a nacer.
Comentarios
saludos
linda semana
abrazos
Deshora.
Amorexia, siempre alegre cuando pasas, que las historias sigan hasta donde puedan imaginarse!!
abrazos cercanos con profecía...
Un beso poeta.
MaLena.