segunda persona en tornado
La fatalista esta la que le dice al mundo su equivocación,
la no convencional la que se exime de asegurar la vida
porque no se cotiza en ser expediente
la que vive al ritmo de un tambor y entre flores silvestres
la que se deshilacha por ese Dios que no tiene conjeturas
ni sigue a un papa que viste de blanco con anillos turquesa
la del bosque húmedo entre piernas
que tiene su parte de oxígeno y mestiza
la que se aísla para ser puntual
no para olvidarlos
a ellos los que no aman
la bufona de sí misma filtradora en el tornado
que conoce la traición del idealismo
y sigue masticando -absurda- la ciudad,
la civilización primeriza por la guerra,
esa civilidad que no tiene lengua
solo atropellos justificados
esta la del panal de avispas que se le tienta sin humo o con ellos,
la de pechos grandes
que no se deja mimar de cuchicheos
o cartitas de amor
si no hay mañana siguiente
la que tiene lujuria por el tren de la tarde
por el paso que sigue
claudicada
la súper mujer
esa la otra que nace.
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