miércoles, enero 20, 2010

Dedicado a la espesura humana y el dolor del pueblo Haitiano

 

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No es un asunto de golpear la puerta y mirar por el reojo con prejuicio pero si existes, míranos si acaso -tan solo un poco- tal vez puedas apuntillar este dolor que me da algunas veces la respiración. Inhalo batallas perdidas en tu nombre.

Ahora mismo, alguien muere de hambre y mi palabra de nada sirve. La bandera de los egos se dilatan y seguimos como si nada pasara.

Cruzar la calle tiene su destino inmediato. Seguir caminando. Besar porque no hay otra oportunidad más que besar. Decirle al cuerpo que el orgasmo te hace ganar la guerra, que los hijos beben zumo de limón de un árbol cansado, y que todos crecemos para morir.

Me dejas grafitos en las calles, la piel me dice tu lengua de reptil en los tatuajes. Algo que se escribe debe servir para algo. Siguen los garabatos estropeando el universo. La tierra me responde con la ingratitud de mi maltrato.

A quién ofendo si vuelvo a golpear la puerta?

3 comentarios:

Susana Lizzi dijo...

"Algo que se escribe debe servir para algo"...Luissiana: entre lo que duele Haití y el mundo cotidiano, es de poetas tener fe en esa aseveración que comparto. Amiga, ¿te conocí en Paraíso de Cartago, verdad? Mi amor fraterno te envío desde la mesopotamia argentina y mi deseo de que sigamos en contacto. Sú

Luissiana Naranjo dijo...

Susana, qué placer encontrarte de vuelta, claro que nos conocimos ya hace más de una década en el Encuentro de Mujeres!! Qué alegría, abrazos de vuelta, Sú, todo mi cariño poético, guerrera!

theBushi dijo...

Simplemente hermoso!!!
Transmite el dolor que gime desde lo más profundo de los corazones,
el dolor que todos los días se sufre y aquellas caras que nos conmueven,
pero a su vez nos sentimos con tanta impotencia pues una oración a esos pueblos ,
es todo lo que haremos por ellos esperemos que una oración no sea acercarse por la ventana a lo lejos.