La siguiente dosis
el mundo se puebla, se sobresalta, se asesina…
y yo sigo tomando mi té de jengibre con zacate de limón
hay una dosis que no se entiende
-historia de un abril que no nació-
se disuelve aún en mi labio y su incredibilidad
puedo extenderme como rama,
hacer el amor las veces que quiera,
y seguir dormida…
sigue el calor y mis ganas por olvidarte,
sigo mientras lo pienso
la cama vacía,
el mundo en su mundo,
mis manos en disolución
y el té de jengibre a punto de terminar
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