lunes, junio 29, 2009

saltos de la rana

Mi dolor tiene saltos de rana. Cae en los charcos. Se ensucia. Tiene la apariencia de perderse. Lastima como subir escaleras por ser de piernas cortas.

Se agita. No entiende su lámina y torcedura. Duele la encía, el nervio óptico y el desperdicio.

Sigo confundida y el miedo tiene la intención de hacerme preguntas. No respondo. Duelen los dedos, la muñeca, la piel sobre el teclado, mi poesía. Intento ver luz de mi propia luz.

Me restablezco porque sé mirar en el jardín. Luego, como un chocolate. Mi hija corre y me duele su abrazo. Juego y la cargo a caballito de guerra. Pero asumo el grito del batallón.

Siguen los brincos de la rana. Solo llueve debajo de sus ancas. Se atrapa a sí misma en el barro. Ahora, quiere llegar al fondo del caracol pero solo escucha el eco de un bosque.

Retrocedo porque el perro cogió mi zapato. Entonces, me enojo con la rana, con sus saltos y mis pavuras. Hay un terraplén en mis neuronas. Viene una cabeza de agua, restos de madera y abrojos. La rana no me deja dormir. Sigue soñando con su caracola. No hay lirios de agua en la cama que suavicen su contractura. Vuelvo a caer en el pozo por esa maldita rana. Me persigue desde los 12 años. Me pierde a donde vaya. Arremata en mi ilusión, en el vacío que me domina, en ser presa de este imperio eterno  de los anfibios.

A veces la dejo que dance conmigo. Me burlo de ella. La reto entre alturas y profundidades. La rana me ha dejado sus bromas, sus escalas y distintos modos de rebote. Me deja caer muchas veces pero resisto. Ella es desigual a todas las ranas.  Una de trópico impetuoso que suena y suena taciturna hasta cansar.

Ambas, nos despedimos un rato.

Yo me voy al charco y ella a mi cama.

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu blog. He revisado algunos poemas tuyos y me han agradado. Saludos. Eleazar

Eleazar Rivera dijo...

me gustaría publicar los poemas que tenés en el blog de poesía tica.Mi correo es eleazarrivera@hotmail.com

Luissiana Naranjo dijo...

Gracias poeta hermano Salvadoreño, husmeé por allí de vos y me gusta tus irreverencias... gracias por pasar.