No me pertenece la gravitación de una manzana
llena de mordiscos
con su peso de otra boca y otro azar que no sea el litigio
de mi cuerpo.
No me perteneces.
No me dejas el dominio de una sobra diminuta,
ni el clavo que se oxida debajo de mi lengua.
Ya no te repitas el miedo al escondrijo
de trasgredir en mis almohadas…
tu palabra contra mi vientre
por decir
por adulterar
por acabar para siempre esta ficción que sigue con su sed.
Huyamos al intervalo donde sí me pertenezcas
en el segundo que no seguirá
y nos conforme.
Será eso o nunca ver debajo de nosotros
la sepultura de no vivirlo y enterrarnos.
8 comentarios:
Estoy del otro lado de la línea del Ecuador, pero tengo la piel convencida que hemos andado los mismos recovecos y saltado los mismos charcos.
Desde Argentina, saludos!
Luissiana, me ha gustado este poema. Tiene un ritmo muy bien logrado. Creo que has usado acertadamente el recurso espacial.
Saludos.
Gracias por husmear mis recovecos!!!
y ciertamente he estado literalmente por los bellos charcos mendocinos de tu tierra, me alegra que la poesía salte hasta el sur.
Que la piel nos siga delatando!!
Gracias Gustavo, por el detalle técnico. Este poema curiosamente me nació primero con un ritmo en la cabecita y luego, desembocó en el tema... distinto a otros. Poemas raros y con ganas raras, jajaj. Gracias por darte la vueltita a mi charco emocional.
Luissiana, lo que más me gusta de tu trabajo es que siempre te apostás a algo distinto. (Puede que este poema tenga algunos lugares comunes pero no estoy seguro). De lo que sí estoy seguro es que lo guía una mano firme que ne le tiene miedo a abordar nuevas formas.
Felicidades, hermana.
Gracias Ale, me encantó lo de hermana. Un abrazoteeee!!!
Definitivamente un poema cargado con esa nostálgia necesaria para seguir. Me recordó cosas muy bonitas.
Bien Juan, gracias por asomarte a mis lares... y que nos cargue la misma nostalgia!!
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