sábado, marzo 28, 2009

binomio en XX versus XY

http://lalibertadylaley.wordpress.com/2008/12/12/

 

 

 

 

 

 

 

Amanecí con Bukowski, el simulacro  de tu botella de whisky en mi boca…y tu labio meneando el cigarro con rabia de soledad y yo, con la controversia de quitártelo para poderlo morder.

Detén la prisa pero quiero volar.

Repinto tu cara de travieso, tus ojos de insolencia entre infierno y mar.

- Ojos para ser mío todo ese universo…”, dices.

- Ojos deliciosos, digo yo.

-

No me asusta las drogas de tu ansía, esa manera de desperdiciar el mundo.

Tu espejo al cielo abierto.

Cazadores al unísono y en su desnudez.

Instinto de apresarnos para respirar en libertad.

Yo deseo con la luna ser la loba esteparia de tus sueños. Perderme en el abrazo y sus conceptos, tus conceptos y los míos. Palabras puntuales que me aprietan y sostengo, que se sueltan conmigo pero sin ti.

Morrison entre los dos, la manera como te desgarra los sofocos del día, tu definido estilo de incitarme  con el “momentum est omnes”.

Macho cabrío sin super ego ¿acaso juegas lo contrario con la sombra de la furia? No lo creo.

Ambrosía… si me dejaras probarlo en tu lengua.

XX versus XY. No es nuestra guerra.

Lo binomio, lo dispar sin disímiles, el camino que se aventura en solitario -sin soledad-,

los cómplices…

ciertas reglas: -“amar como el primer día”,

me gusta cuando dices eso. Se me cae el feminismo en la entrepierna y todo ostensible argumento de lo subliminal.

No me importa tu respuesta en monosílabos, más que me abraces al cuadrado, con la seducción perpleja de no olvidarme.

Mortalízame en tu manifiesto… quiero escribirlo contigo

pero hazlo pronto.

 

Por nuestra búsqueda del otro, de los otros por su otro, te regalo a Bukowski, en este último sábado de marzo.


A solas con todo el mundo


La carne cubre el hueso
y dentro le ponen
un cerebro y 
a veces un alma
y las mujeres arrojan
jarrones contra las paredes
y los hombres beben demasiado
y nadie encuentra al otro
pero siguen
buscando 
de cama
en cama,
la carne cubre
el hueso y la 
carne busca algo más carne.
no hay ninguna posibilidad:
estamos todos atrapados
por un destino
singular.

nadie encuentra jamás al otro.

los tugurios se llenan
los vertederos se llenan
los manicomios se llenan 
las tumbas se llenan
nada más 
se llena.

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