A ESE HEREJE… del otro día
Siéntate en el suelo donde resbalan tus ideas,
háblame de tus complejos de galán seductor,
de tus ínfulas de Dandi acosado.
Entiende:
¡Mis ganas no son susceptibles para tu insuficiencia…!!
¡Que te crees, patán de mujerzuelas…?
Acaso piensas que me interesa abrirte las piernas y tener hijos contigo…
ni con mil credos iría de vuelta a tu cama,
Titán de gansos alocados.
No conoces la altura de mi cordillera,
ni el albedrío al que me someto -escalador del otro siglo-,
soy dueña de mí misma,
de mis óvulos y tactos.
A vos, sí…
a vos hereje del otro día…
sigue buscando el hoyo de tus pérdidas,
en el huacal de tus condiciones,
y entra allí de una vez
para que adormiles tu libertad.
Encontrarás tu otra perfecta…
con el abrazo clásico de antaño
que se conforme con tu semen y tus heladitos de sorbetera .
Opto por la soledad y no por las migas del pan añejo.
Encontraré mi otro imperfecto que se atreva
a ser turbulencia en mi río
y navegue sin miedos
-dentro, fuera, a lo inverso, sobre él, al lado, detrás, por la orilla-
en la continuidad de mi cada día y para siempre.
Comentarios