Mi propia batalla
Hay batallas tecnológicas a campo abierto,
-luciérnagas que vuelan de mezquindad-
hay ofensivas por la fragilidad de un hilo roto entre fronteras,
-espuma que rompe a las olas perdidas-
hay luchas patrias desde un estadio por la mínima grandeza ,
-egos de un sol que siempre cabecea-
hay estrategas unísonos que envician los campos nacionalistas del idealismo,
-lodo que siempre será lodo-
hay políticas guerras por la mejor oficina del Parlamento,
-piezas de ajedrez que no conocen su lugar-
hay todo tipo de querella por la efectividad,
“c `est la vie”- contención sin eficiencia-.
Pero las verdaderas batallas se ganan a diario…
los miedos dosificados de tu guerra íntima ,
-dudas del ser y su pulsación-
la resolución culminante que cuelga de tus decisiones,
-soy lo que decido-
la inverosímil y silvestre tesis del “no mañana”,
-desgaste del hoy hasta asediarlo-
el amar como una candidatura del tiempo,
-bruma de soledad y espejos-
la volátil perspectiva de poseer para guardar,
-somos piedra de arena en devaluación-
la ley dominante de Darwin “sobrevive el más fuerte”
-soy guerrillera pero lloro con garras-
o cuando ser honesto es anormal.
-no por el color de tu bandera-.
Esa es mi batalla…
común, ingenua, dócil,
de verbo y labio,
del vivir prescribiendo
los demonios del día.
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