Opinión: Precepto sexual o de sexualidad del Kama Sutra
Las sesenta y cuatro artes
He leído y releído el Kama Sutra porque la versión del sexo no tiene capítulos distintos en la historia o en mi piel.
Todo, aún el beso tiene su posición de luz, el flagelo de ser mujer para el otro, para sí y para ambos. Todo en esa materia de la reciprocidad. Sin ningún género dominante a no ser que sea un juego de intercambios. Es decir -en siglo XXI- lo que me hagas sentir me vale más que tu apellido o tus palacios.
No entiendo el amor como una ciencia o un crucigrama de domingo aburrido pero no está mal el goce del yoni a horcajadas con el lingan, aunque suene en términos extraños pero sugerentes. Es exquisita la configuración del deseo. Sin deducir aquí lo que entiendo por amor y sexo.
Ya no hay miedos ni barreras de interpretación para entender lo poético del placer y la sexualidad. Muchos NO reprimimos la confesión de decir cuán curiosos somos en interpretarla.
Puede conllevarnos a una experiencia científica, religiosa, mundanal, pasional, química, física, afectiva o todas en una sola. Curiosamente hasta con una respuesta -abusiva y repelente- cuando el norte se confunde con una única necesidad o como una respuesta animal donde la hembra solo espera la cópula en instantes sistemáticos.
Pero no hay nada impuro o precipitado a la perdición cuando se busca como felicidad al Dharma, Artha y Kama… leyes del Manu.
Y si bien la técnica hace al maestro, vale la pena invertir en nuestra felicidad, que a la vez será la del otro. ¡¡Es maravillosa la ostentación del orgasmo en desenlaces de raíz cuadrada o a la enésima potencia!!
Soy de las que apoya la teoría donde se concreta que la plenitud de la satisfacción sexual es el eje central en la vida de cualquier ser humano. Es la pieza de regresión al génesis, al furor de las aguas, a la esencia de la vida en enlace de otra. Todo redunda en ello. La manera como miramos el mundo y cómo lo sentimos. La no plenitud sexual, sea en conjuro al amor o a la simple necesidad biológica, se vuelve insostenible hasta orientarse en ciertos casos, en búsquedas insaciables, en placeres disolutos o metafísicos, en aberraciones ideológicas o de autocontrol, en depresiones orgánicas, en suicidios colectivos, en una sed o vacío de humanidad.
Se duerme, se come, se trabaja pero el dominio del instinto junto a la racionalidad del mismo es una necesidad vital, inherente… Y he allí el problema donde el enfoque de la obtención exitosa de la sexualidad solo se otorga por parte de una sociedad frívola a los rasgos conceptuales de belleza, juventud o a los preconceptos de familia o moralidad. Se vuelve limitante y exclusivo. Es decir, las feas, gordos o viejos no tienen llave para el placer sexual. Que distinta es la historia donde muchos traspasan esa línea de las formas y de las edades y solo se dejan ir por su hambre de piel hasta trascender la unicidad con su mente y las emociones. Cuando el paso del sexo se une al amor, un canto unísono al éxito sensual, al placer dirigido, entrenado e intencional.
Reúno del Kama Sutra lo esencial de que los amantes o amados no solo intercambien fluidos o posturas ingeniosas, que bien lo valen, sino como “geishas” pero sin paga o dominio, se den hacia el otro y el otro hacia uno, como un arte.
Las hijas de los príncipes, ministros y hombres de la corte antigua eran expertas en el Kama Shastra; sesenta y cuatro prácticas que condicionarían la convivencia placentera entre sus parejas, una de ellas llevaría a la otra o mejoraría la calidad de relación.
Es decir la práctica de ciertos talentos o conocimientos conlleva a un mayor sentido de percepción hacia el placer sexual. No hay afán si no somos artistas en ello pero bien vale la intención y quién no se ha enamorado de alguien por su voz, por cómo nos cocina, cómo se mueve o camina, por sus gestos o expresividad, por su lírica romántica, por su ingenio o elocuencia, por su affaire teatral, por su aroma o perfume, por como revuelve las soluciones del mundo, por sus juegos o prácticas sociales o por como te toma de la mano y la estrecha entre sus dedos…
Incluyo algunos de esos talentos que describe el Kama Shastra y que usted puede cultivar para armonizar con creatividad al máximo su placer sexual.
· El canto
· La música instrumental
· La danza
· Dibujo y escritura
· Tatuaje
· Mosaicos de vidrios
· Hacer música con copas de agua
· Pintar cuadros y decorar
· Trenzar collares o guirnaldas
· Confeccionar perfumes
· Combinar joyas y adornos para vestir
· Encantamiento y magia
· Arte culinario
· Confección de bebidas con o sin alcohol
· Corte y costura
· Resolver adivinanzas, juegos de palabras o enigmas
· Mímica e imitación
· Lectura y entonación
· Ejercicios con espada, arco o flechas
· Razonar o sacar consecuencias
· Carpintería
· Arte de crear o construir
· Química o mineralogía
· Forma de cuidar, cultivar y curar las plantas
· Aplicación de cremas perfumadas sobre cuerpo y cabello. Trenzar cabello.
· Comprender la escritura y poder escribir palabras de forma distinta
· Hablar modificando la forma de las palabras
· Conocer lenguas y dialectos
· Trazar diagramas místicos
· Ejercicios de ingenio
· Escribir poemas
· Conocimiento de diccionario y vocabularios
· Arte de cambiar el aspecto de las personas
· Distintos juegos de azar
· Habilidad para deportes
· Comportamiento en sociedad
· Arte de guerras y armas
· Gimnasia
· Conocimiento del hombre según su rostro
· Modelado de figuras con arcilla
· Pasatiempos matemáticos
· Entre otros…
¡Inténtelo… ser creativo o soltar sus ideas puede convertirlo en un excelente amante, no solo sentirá al máximo su placer sino que sabrá compartirlo!
Por supuesto, que el elemento creativo más poderoso será el amor que sienta por su pareja.
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Términos de las leyes de Manu:
Dharma: consiste en adquirir la perfección absoluta obedeciendo a Shastra.
Artha: es lograr los bienes terrenales, discípulos y amigos y obliga a proteger lo adquirido.
Kama: es acceder al amor y el erotismo
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